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¿En qué situación estamos respecto a la energía?

¿En qué situación estamos respecto a la energía?

1. Cada vez consumimos más energía: al ritmo actual sólo tardaremos 35 años en duplicar el consumo mundial de energía y menos de 55 años en triplicarlo.

2. Los sectores de la vivienda y el transporte han sido los que más han incrementado su consumo en los últimos años. El consumo de energía por las familias españolas es ya un 30% del consumo total de energía del país, repartiéndose casi a partes iguales entre el coche privado y la vivienda.

3. España tiene una dependencia energética del 82% (por encima de la media europea, que es del 50%). En el caso del petróleo la dependencia es prácticamente total.

4. La principal fuente de energía para el consumo energético en España y en las familias españolas es el petróleo y sus derivados (gasolina, gasóleo, butano y propano).

6. El consumo de las energías de origen fósil plantea grandes problemas: agotamiento de reservas, dependencia energética, dificultad de abastecimiento y contaminación ambiental.

7. El principal problema medioambiental del consumo energético actual, a escala mundial, es el efecto invernadero.

8. El uso del vehículo privado, la calefacción e incluso nuestro consumo eléctrico son responsables de la emisión de CO2 a la atmósfera, principal responsable del efecto invernadero. Cada hogar es responsable de producir hasta 5 toneladas de CO2 anuales.

9. Las energías renovables no se agotan cuando las consumimos ya que se renuevan de forma natural. Además, tienen un impacto ambiental muy reducido.

10. Las familias españolas, con sus pautas de comportamiento, son decisivas para conseguir que los recursos energéticos se utilicen eficientemente.

 

DESPILFARRO DE ENERGÍA

DESPILFARRO DE ENERGÍA

EL DESPILFARRO DE ENERGÍA CADA DÍA
 

El país 18/12. El derroche de los recursos impregna la política rusa. Gas que se quema sin ninguna utilidad o calefacciones sin regulación que obligan a abrir las ventanas conviven en un país que todavía no llega al nivel de emisiones de 1990. Así las cosas, no es de extrañar que el potencial de ahorro energético en este país sea enorme, sostiene Ígor Podgorni, de Greenpeace Rusia. De las 900 toneladas de combustible convencional consumidas anualmente, se despilfarran entre 360 y 430 toneladas. Traducido a petróleo, son unos 250 millones de toneladas, cifra equivalente a las exportaciones de Rusia de crudo. Una de las cosas que explica la actitud rusa y la pasividad de las autoridades es que hasta ahora Rusia no llega ni a la mitad de las emisiones de 1990. Esto, unido al hecho de que hasta mayo de este año no existía legislación sobre los mecanismos para utilizar las posibilidades que da el protocolo de Kioto, se ha traducido en una falta de incentivos para disminuir el volumen de emisiones. Hoy, Rusia emite 1.500 millones toneladas de CO2, lo que la coloca en el tercer lugar del mundo detrás de EE UU y China. Y si las emisiones per cápita de Rusia son comparables a las de otros países desarrollados, no ocurre así por unidad de PIB. "Aquí este índice es de 1,2, mientras que en los países desarrollados no supera el 0,5, es decir, que nosotros gastamos entre 2,5 y 3 veces más energía en producir una unidad de PIB. Producimos menos que ellos, pero emitimos más", explica Podgorni. Rusia mira hacia el futuro de manera equivocada, según Greenpeace. "Desgraciadamente, en los planes gubernamentales se da primordial importancia a las centrales de carbón, el principal contaminador; y también se hace hincapié en las grandes plantas hidráulicas y en la energía atómica, con todos los riesgos que esta última conlleva". Mientras tanto, la energía renovable es subestimada. Aún no se ha legislado al respecto, por lo que nadie se embarcará en un gran proyecto para utilizar la energía eólica o solar, ya que no hay ley que obligue a incluir la electricidad así generada en las redes de distribución.